El modelo tradicional de familia basado en la implantación imperativa del patriarcado sigue vigente. Aún son muchas las mujeres muertas fruto de la violencia de género. Las desigualdades de género se hacen patentes en el mundo laboral en tanto en cuanto intentan escalar posiciones en las estructuras jerárquicas que componen el mercado laboral. Gran parte de sus fuerzas son minadas no sólo desde el seno familiar, sino también desde su socialización secundaria a través de las Teorías Funcionalistas más rancias que por desgracia y para más desastre, aún se continuan perpetuando e irradiando en las aulas como si de una pena capital se tratara. Es por ello, que deben los centros educativos practicar de urgencia y vigencia la coeducación para educar en igualdad de género. Ciertamente, pasos en el camino se van dando, por ejemplo a través de la asignatura educación para la ciudadanía, ya que su intencionalidad contextual se ubica con vistas a conseguirlo. No obstante, a pesar de ir avanzando con tal competencia educativa, con la paridad en los Ministerios, reformas jurídicas, el incremento de las redes sociales dirigidas a ésta labor, etc., no queda otro remedio que reconocer que la realidad social es la que manda y la mujer todavía está en un segundo plano.
El Feminismo conlleva un proceso lento ya que hay muchos frenos no sólo desde la familia y los centros escolares sino también desde los medios de comunicación de masas, desde las cumbres del poder político e incluso desde las cúspides de instituciones, asociaciones, colectivos,...
Es de merecer aludir a lo aberrante que resulta que la RADE no contemple un término tan revolucionario como obvio, el hembrismo sinónimo de machismo. El Feminismo, al igual que el masculinismo defiende justicia, igualdad entre mujeres y hombres. Pero claro está, con una organización académica articulada en la hegemonía masculina y además duramente machista con la mujer, es inevitable anclar el proceso de transformación de la lengua castellana. Lengua en todas sus vertientes determinada por la superioridad masculina sembrando la confusión y el malhacer injusto de su léxico y vocabulario.
Aquí les dejo dos artículos de gran calidad sobre la temática para disfrute de tod@s:
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